Quiero darte las gracias , Dulce Capitán , por lo que ha supuesto para nosotros tu amistad . Una llamada en un momento determinado cambió nuestras vidas . Hubiese ocurrido más tarde o más temprano , pero nos ahorramos muchas lágrimas y sufrimientos y eso es lo que vale . Desde aquí , muchas gracias de corazón . Éste escrito va dedicado , de su parte , a ese otro lado del parkinson .
Se me hace difícil explicar lo que siento, soy una persona
tímida que un día se encontró con este compañero de viaje,
que se subió en mi tren se sentó a mi lado y sin quererlo
comparte todos los momentos de mi vida.No deseo
compartir con el, nada, pero ante su insistencia me
veo obligado a ceder y hacer mi viaje, en su
compañía. Que lo tengo que aceptar ya que creo
que estará conmigo hasta la ultima parada, si antes,
no llega el tan deseado revisor y lo apea del tren o por
lo menos le hace estar callado en este mi viaje. De este
viaje, hacia un destino incierto que no se cuanto tiempo
tardare en llegar a su fin, procuro hacer y mantener lo
que siempre he pensado, creo que la amistad entre los
viajeros de este tren, mi tren, me es muy necesaria pues
es la mejor forma de viajar, compartir la tortilla que nos
vamos ofreciendo entre todos y hacerlo mas llevadero.
Soy un poco celoso de mi intimidad, que me cuesta
compartirla, por eso intento no implicar a mi compañera
en el paisaje que voy viendo hasta que sea imprescindible
y necesaria su ayuda para que yo pueda seguir disfrutando
del mismo.Aunque creo que una vez llegue ese momento
siempre se puede tirar del freno de emergencia y bajarse.
Mi compañera viaja conmigo, aunque se que no es su viaje
preferido pero lo va aceptando poco a poco y tratando de
entender el paisaje que se nos ofrece.Yo si que disfruto o
mejor dicho acepto con agrado, pues me gusta el ir
conociendo a los viajeros de los distintos vagones que
con su amistad hacen que mi viaje tenga mas sentido.
Hacen que cuando mi tren pasa por los túneles, la oscuridad
y la falta de colores se hagan lo mas llevadero posible.
Mi nieto “Joel” tiene 4 años y el otro día me dio una
lección de tolerancia y cariño, me dijo “Yayo” me
haces el lazo, cuando se lo estoy haciendo al ver
mi lentitud, me pregunta ¿porque vas tan lento?
Le comento que estoy “malito” y me respondió,
no te preocupes yayo yo te espero.Me pregunto,
¿Qué seria de este viaje? Sin tolerancia y cariño.
Es lo único que se me ocurre pedir……… para mi y
para todos los compañeros de viaje . Con cariño, para
el otro lado del Parkinson.
Si es que hay varios lados……….
Antonio Olmo (Parkinson Blanes)
1 comentario:
CARIÑO Y COMPRENSIÓN... ESO NECESITAMOS... PERO TAMBIÉN LOS QUE VIVEN A NUESTRO LADO LO NECESITAN... TENEMOS LA ENORME RESPONSABILIDAD DE NO MANIPULAR, DE NO VOLVERNOS EGOISTAS...DE TAMBIÉN DAR AMOR Y SABERLO PEDIR...
UN ABRAZO Y SALUDOS
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